Conferencia de Greg Sandow, escritor y consultor especializado en el futuro de la música clásica, en la Conferencia de Marketing de las Artes 2014 #MarketingArtes14, organizada por Asimétrica.
Las artes se encuentran actualmente en una constante búsqueda de su identidad. ¿Cuál es su lugar en el mundo?¿cuál es su relevancia para la vida actual? ¿cómo logramos que la gente se interese y venga a lo que presentamos? y, ¿cómo nos financiamos?
Antes no había necesidad de responder a estas preguntas. Las artes eran especiales, al margen del resto de nuestra cultura. Y mucha gente lo aceptaba, al menos la suficiente como para que las artes continuaran por este camino.
Pero ahora las cosas son diferentes. Las artes tienen que ocupar su lugar dentro de un mundo más amplio. Tienen que verse como parte de un todo, como una única forma de actividad artística, un único modo de expresión en busca del significado del mundo que les rodea.
Las artes tienen, por tanto, que coexistir en igualdad de condiciones con la cultura popular. Esto puede resultar duro para las grandes organizaciones culturales, aunque algunas se han adaptado muy bien. Es especialmente duro en mi campo, la música clásica. Las grandes instituciones pueden mantenerse fieles a su manera de hacer las cosas, y pensar que su misión es mostrar el arte bajo las viejas reglas. O pueden comprender que tienen que cambiar, pero encuentran problemas para hacerlo porque han invertido ya todos sus recursos en hacer lo que han hecho siempre.
Los jóvenes se relacionan con las artes de forma natural, como si fueran parte de un entorno cultural más amplio. Por eso entienden qué es necesario hacer y están haciendo que las cosas cambien.
¿Cómo afecta esto al marketing de las artes? Tenemos que mostrar, en todas nuestras campañas de marketing y publicidad, que entendemos la cultura en la que vivimos, que la compartimos, la respetamos y formamos parte de ella. También hay que tener en cuenta la programación: debemos programar obras contemporáneas que calen en nuestro amplio entorno cultural, y programar obras clásicas de tal forma que muestren tanto sus conexiones con el mundo actual como sus diferencias, que las hacen fascinantes. Por lo tanto, acabaré con una paradoja. Únicamente podremos dar cabida al arte antiguo que tanto amamos mediante su adaptación al mundo actual.
Si quieres conocer más sobre las ideas de Greg acerca del futuro de la música clásica te recomendamos visitar su blog. Seguro que te ayuda a sacar el máximo partido a su ponencia el día 21 de octubre.